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| Edificio de la Municipalidad de Córdoba desde el Paseo Sobremonte. Tomado de: www.comercioyjusticia.com.ar |
Comparto abajo el texto que presentaré esta tarde en la Audiencia Pública por el Plan de Metas municipal de Córdoba (ARG):
Soy Miguel Martiarena, arquitecto, director del proyecto de investigación de Accesibilidad a las Áreas Verdes Públicas Urbanas de la ciudad de Córdoba, que se ejecuta en el ámbito de la Maestría en Arquitectura Paisajista de la Universidad Católica de Córdoba, en coordinación con la Dirección de Espacios Verdes del Municipio. También participo en la Red Ciudadana Nuestra Córdoba.
En el análisis de los avances del Plan de Metas me centraré específicamente en los aspectos que se relacionan con nuestro tema de investigación, que se encuentran en el área de ambiente, aunque competen también al desarrollo urbano.
Creo que el Plan de Metas es una herramienta estratégica para el gobierno, que se debe diseñar cuidadosamente y servir como una guía potente para las acciones que se realicen, transparentando así todas las decisiones. De ese modo se facilita y promueve la participación ciudadana.
En ese sentido es valorable que algunos de los objetivos y metas se redefinan y ajusten con respecto a la versión anterior. Es mejor no comprometer tanto, pero sí hacer las tareas con más eficiencia, en particular en lo que se refiere a plantaciones y al cuidado que los árboles necesitan para prosperar.
Sobre los ajustes: la meta de rediseñar participativamente seis espacios verdes fue eliminada en la última versión del plan. A pesar de que era demasiado reducida, era una meta importante. Los espacios verdes cumplen su rol social en la medida en que la gente y las organizaciones se apropian de los mismos y los usan como lugar de encuentro. Los ciudadanos nos ocupamos activamente del mantenimiento de los espacios verdes en los que juegan nuestros chicos. Está lleno de casos de vecinos y organizaciones que cortan el pasto de sus plazas, arreglan los juegos, incluso plantan árboles. Esto debe ser reconocido y capitalizado por los gobernantes. El dinero que se gasta en los enormes carteles publicitarios que bloquean la vista de las plazas podría utilizarse en la organización de eventos participativos con las escuelas y las organizaciones barriales. Y de ese modo probablemente también se reduciría el vandalismo.
Hay tres metas que incluyen relevamientos: de espacios verdes, de árboles y de superficie de espacio verde por habitante. Sería necesario que se explique el modo en que se están realizando, y que los resultados se vayan compartiendo en Internet. Estas metas importan porque son la base de cualquier estrategia que se proponga. Es más, deberían estar pensadas a manera de un relevamiento continuo. ¿Cómo se puede proponer como meta la plantación de 80000 árboles, o la poda de 20000, o la extracción de 21000, sin saber dónde ni qué se plantará, podará o extraerá?
¿En qué sectores y con qué recursos o estrategias se agregarán 221 ha de nuevos espacios verdes para alcanzar la meta de 8 m2/habitante?
Estas definiciones solo pueden lograrse con la participación coordinada entre las diferentes reparticiones municipales. No puede ser que la Dirección de Espacios Verdes no disponga de la base de datos gráfica actualizada de Catastro para cargar sus propios datos. O que no pueda utilizar la última imagen satelital comprada con fondos de todos y que tenga que recurrir a Google maps.
Estoy hablando de planificación. Es imprescindible conocer con certeza qué hay en nuestra ciudad para poder diseñar un plan integral que dirija apropiadamente los recursos aportados por los vecinos. No me refiero solo a los espacios verdes y al arbolado, sino a todos los elementos que forman este complejo sistema urbano.
Como ciudadano, vería con gran beneplácito si periódicamente se frenara por un par de días la locura de resolver todo a medias, y nos sentáramos a pensar entre todos cuál es la Córdoba que queremos y a acordar cómo vamos a hacer para construirla.
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